Existen cinco pilares que debemos colocar para afrontar el calentamiento global:
- Maximizar el ahorro de energía en el consumo de combustibles fósiles.
- Reducir las emisiones de gases que provocan el calentamiento global.
- Optimizar la introducción comercial de energías renovables.
- Introducir una tecnología de pilas de combustible de hidrógeno para almacenar energía renovable.
- Crear redes inteligentes para distribuir la energía por los continentes.
A corto plazo, los medios inmediatos para abordar el calentamiento global son:
- Reducir el consumo de combustibles fósiles al menos en un 20%, introduciendo nuevas tecnologías para ahorrar energía y mejores prácticas en hogares y empresas.
- Imponer límites al carbono y establecer un mecanismo que obligue a reducir antes de 2020 un 30% las emisiones de CO2 y otros gases que contribuyen al calentamiento global.
- Establecer un parámetro aplicable para la producción a partir de fuentes energéticas renovables de un 33% de la electricidad de cada país y de un 25% de su energía total en 2020.
- Asumir un compromiso a largo plazo para realizar la transición a una era del hidrógeno, que es el elemento más ligero y abundante del universo, y que, utilizado como fuente de energía, sólo genera agua y calor como subproductos.
- Reconfigurar las redes eléctricas de cada país. Podrían utilizarse los mismos principios y tecnologías que hicieron posible Internet: una red amplia y descentralizada de comunicación global para reacondicionar la red eléctrica, lo cual permitiría consumir energía de manera más eficiente, crear su propia energía renovable y revender su excedente eléctrico a la red.
La creación de un régimen de energía renovable, una tecnología de pilas de combustible de hidrógeno y redes eléctricas inteligentes abre la puerta a una tercera revolución industrial y debería tener un efecto económico multiplicador tan fuerte en el siglo XXI como la introducción de las tecnologías del carbón y el vapor en el siglo XIX, y el petróleo y el motor de combustión interna en el siglo XX.
Hay energía renovable por toda la Tierra. Es fácil acceder al caudal solar, a la energía eólica, hidrológica y geotérmica, a los residuos agrícolas y forestales... y a la basura municipal en todo el mundo. Si se reúne y almacena en forma de hidrógeno y se disemina a través de redes eléctricas inteligentes, la energía renovable tiene potencial para ser compartida de igual a igual y de manera repartida como ahora compartimos información y comunicación en Internet. Una economía verde y sostenible basada en el hidrógeno significa 'poder para el pueblo' en el siglo XXI.
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